Hace apenas unas horas terminé de trabajar de azafata de información a través de una empresa externa en la I Feria de Empleo llevada a cabo por la Cámara de Comercio de Sevilla en unos de sus pueblos, Écija y como suele pasar en toda feria tengo que decir que lo he pasado genial.
La feria de empleo consistía en ofrecer un espacio de encuentro a las personas que buscan trabajo, dando la oportunidad de asistir a diferentes talleres y ponencias, así como hablar personalmente con los responsables de RRHH de muchas empresas, dejándole el CV.
Mis funciones dentro de este espacio eran informar a los visitantes, asistir a los ponentes, llevar el control de los talleres… pero como suele pasar a los trabajadores sociales, mis funciones me permitieron leer mucho más de la simple tarea para entender más profundamente el micro entorno que se había formado y de esto es de lo que yo quiero hablaros:
En este espacio, yo estaba en la otra cara de la moneda, yo no era la que buscaba trabajo sino que atendía a personas que lo buscaban, por lo que mi habilidad para entenderlos, mi empatía estaba al 100%. De forma que podía leer en los ojos de las personas con las que hablaba su estado de ánimo, su nivel de indignación, sus esfuerzos…en fin, podía sentir como en mi piel como se sentían. De sus discursos, escuche sus estrategias en la búsqueda de empleo y siempre acababan auto culpándose de no tener trabajo, porque eran muy mayor o muy jóvenes, tenían mucha experiencia o no la tenían…mi respuesta consistió en explicar a todos que fueran realistas, en saber diferenciar cuales son sus responsabilidades y cuales no.
Muchas de estas personas, asistieron a uno de los talleres y/o ponencias y como por arte de magia su rostro no era el mismo que cuando entraban. La temática de los talleres y ponencias eran muy variada, englobando áreas como la desmotivación, el uso de internet en la búsqueda de empleo, Elevator Pitch… Yo como agradable azafata preguntaba a los asistentes como les había ido y siempre me decían frases como “ me ha gustado mucho”, “ me ha venido muy bien”, “ me voy con otro punto de vista”…
Y bueno, no será que los desempleados necesitamos motivación y me meto en el saco porque que yo también vuelvo a estar desempleada. Porque en todos los talleres y ponencias fuera el tema que fuera trataban este punto y realmente había un cambio de motivación cuando salían de éstos.
Lo que me ha hecho intuir es que la semilla de impulso y de esperanza que cosechaban los ponentes acompañado de la experiencia de ver a otras personas que están en tu misma situación es terapéutico. Puede ayudar a discriminar cuales son nuestras responsabilidades y cuales no en la búsqueda de empleo y así no atacar a nuestra autoestima, que es una gran aliada si es óptima y una gran enemiga si es mala tanto en plano laboral como en todos los demás. Todo esto nos lleva a sentirnos mejor con nosotros mismos y con ello tenemos más posibilidad de ver más opciones en la búsqueda de empleo, en la creación de éste…
En conclusión, debo decir que esta feria es una gran lanzadera al encuentro del trabajo y no porque en sí podamos hablar con los de RRHH, que desde luego es una gran posibilidad, sino por las ponencias y talleres donde nos dan herramientas y apoyo que tanto necesitamos, así como nos visualizamos, cuestión muy difícil de conseguir, ya que los desempleados solemos estar en riesgo de exclusión y por lo tanto somos más invisibles.
Aunque lector/a créanme que estoy convencida de que a esta crisis le quedan dos días, habrá más trabajos y como pasa tras superar toda crisis, seremos mejores, pues llevamos aprendiendo muchos años a sobrevivir y esto nos hace más fuerte.
Gracias lector/a por dejar un poco de su tiempo en mis letras.
Turismo Social y Proyectos 